martes, 11 de noviembre de 2014

CÓMPLICES DE LA NORMALIDAD


A pesar de la creciente participación de las mujeres en el mercado de trabajo remunerado durante las últimas décadas, la desigualdad de género sigue persistiendo. Muchos de los análisis que se están realizando sobre el efecto diferencial de la crisis entre mujeres y hombres señalan que nos encontramos ante un retroceso generalizado en las distintas dimensiones de la igualdad.

Las mujeres actualmente seguimos teniendo mayor participación en la economía informal con altas  tasas de paro, menores tasas de ocupación y de actividad y condiciones laborales más precarias, como aumento de los contratos a tiempo parcial, temporal ( el 72.5% de las personas con contrato parcial son mujeres) , la brecha salarial se consolida y se acentúa...  


La división sexual del trabajo que asigna diferentes ámbitos (público-privado),  tareas y actividades (productivas-reproductivas y de cuidados) a mujeres y a hombres, condicionan las características de la vida laboral de las mujeres y se encuentran claramente presentes en todas las esferas, sesgo que se visibiliza a nada que se haga un pequeño análisis de la situación.

El mantenimiento del estereotipo de que todavía el lugar natural de las mujeres es el hogar y la familia, y que su actividad en el mercado de trabajo y su salario son elementos auxiliares o de acompañamiento en la economía familiar es consecuencia directa de esta división sexual del trabajo en donde se le asigna a las mujeres la responsabilidad casi exclusiva sobre las tareas domésticas y las actividades de cuidado de la familia.


Ante esta realidad y ante discursos escuchados no hace mucho como, “ Las cosas son así, es lo que está pasando..” “ Poco se puede hacer…”  me pregunto como una parte de la ciudadanía ( más grande de lo que me gustaría) puede seguir asumiendo sin ningún tipo de reflexión la herencia de esos roles y estereotipos de la cultura patriarcal tan cuidadosamente preparados para mujeres y hombres, sin ni siquiera un pequeño atisbo de crítica.

Pienso que está sucediendo que cada vez más, el entender la realidad tal y como nos vino dada, como si lo que ocurriera  dentro de ella formara parte de la misma y no pudiera modificarse y a creer que las circunstancias y situaciones ocurren de manera  imprevista e incontrolada. Esa percepción nos sitúa al margen de la responsabilidad de las cosas que suceden en nuestra sociedad , y nos atrapa en una inercia que lleva a que nada cambie, a que todo se adapte a los nuevos contextos, pero con el mismo fondo y el mismo significado.

Pero la realidad que nos rodea,  es el resultado de lo que hagamos o dejemos de hacer para que los hechos ocurran de un determinado modo. Y si la  sociedad en la que vivimos, es desigual y machista, la realidad vendrá caracterizada por la discriminación y la sumisión de las mujeres, bien bajo la falsa normalidad de la costumbre, la historia, la tradición, “lo de siempre”... o bien bajo la imposición violenta de la voluntad. Pues la cultura patriarcal no sólo condiciona  el resultado de la realidad, sino que además la envuelve de significado para que sea integrado como parte de ella sin sobresaltos ni rechazos excesivos. Es por eso que llega a cegar la mirada hasta invisibilizar la propia realidad que se vive.




Todo esto refleja, esa construcción que la cultura androcéntrica ha diseñado tan bien para que la desigualdad y el control de las mujeres se vea como parte de la normalidad, no como una imposión, una injusticia social, un atentado a los derechos de las mujeres…

Ahí es precisamente donde creo que reside la complicidad y la culpabilidad de la ciudadanía. El momento en que aceptamos como normal algo que no lo es. Cada vez que aceptamos que una mujer cobre menos que un hombre, que su trabajo sea más precario, que la responsabilicemos de la violencia infringida sobre ella o que le neguemos su derecho a decidir.  No solo es cuestión de valores  que lo es, sino también de conocimiento. El primer paso la educación.

La necesidad de que la ciudadanía conozca de primera mano esta realidad, la entienda, la comprenda, la interiorice y tenga la capacidad crítica de analizarla y de tomar decisiones.

Muchas gracias a las personas participantes de Obxectivoemprego por dejarme hacer esta pequeña reflexión reflexión.

Patricia Vaquero

1 comentario:

  1. Moitas grazas a ti, Patricia Vaquero, por enriquecer o noso blogue cun artigo tan interesante e necesario.

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